Esta obra es parte del proyecto Un Camino Infinito de Marek Wolfryd que gira en torno a los conceptos de apropiación, copia y circulación de mercancías e imágenes entre Oriente y Occidente. A partir de ello, se interesa en revisitar el trabajo de diferentes artistas que han estado históricamente ligados al término clasificatorio del apropiacionismo.Esta pieza en particular cumple con dos funciones. La primera es poner en tensión las rutas de comercio entre Oriente y Occidente. En el s. XVI, con el descubrimiento de nuevas rutas comerciales que atravesaban por México, comenzó a coleccionarse la porcelana blanquiazul china, característica de la Dinastía Ming, entre los cotos de poder europeos. Es por ello que Marek realiza una transacción comercial para poder adquirir copias de las vasijas de porcelana de la dinastía Ming. Por otra parte, Wolfryd toma como referencia una obra de Kaws que simula a La Piedad de Miguel Ángel —elaborada en el s. XV al igual que las porcelanas Ming—, y la elige porque Kaws fabrica los moldes de sus art toys en China, donde se han apropiado de ellos y han comercializado las obras de manera no oficial. Tomando estos detalles como referencia, la obra de Wolfryd juega con la idea de falsificación que no existe en Oriente, pues se considera una forma honorable de hacer una aportación, mientras que en Occidente está llena de tabúes y prejuicios.