Las obras de Beth Frey son habitadas por personajes inquietantes, en circunstancias confusas. Aparentemente ingenuas y alegres, las protagonistas de sus pinturas y dibujos transitan en espacios lúdicos, en movimiento, de colores vibrantes y gozosos, pero también caóticos y accidentados. Impregnadas por un carga de ansiedad y un velo grotesco, las piezas de Frey abrazan la imperfección al igual que rechazan las normas de belleza, y en este sentido abren la posibilidad de disfrute frente a la incertidumbre y la ambigüedad, como una búsqueda de liberación que en el fondo para ella es filosófica. Creadas a partir del uso de aplicaciones como NightCafe, las imágenes de Frey reúnen y entrecruzan tecnologías y disciplinas clásicas de la pintura y el dibujo para contraponer lo humano y la máquina. "Eternally" y "Fast Bath" fueron realizadas durante el confinamiento, por lo que las imágenes se ven permeadas por una reflexión sobre el cuerpo y su entorno, específicamente en representaciones de ámbito doméstico. Durante este periodo la artista llevó a cabo una investigación exhaustiva sobre el diseño de interiores barroco del siglo pasado y la decoración hogareña de los años 60 y 80, su principal interés era encontrar formas de convertir la experiencia aburrida y repetitiva de la vida doméstica en algo maravilloso y surrealista. En Eternally hay un texto en un afiche de pared que dice: "La esperanza brota eternamente"; podría verse como una fuerza guía de esperanza en un momento difícil, o como una broma sarcástica.