Las influencias de Roland Barthes en la moda, el cine y la fotografía

Autor: artwks.co

Exploramos la influencia que tiene el trabajo del filósofo francés, Roland Barthes, en diferentes disciplinas.

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Roland Barthes (Cherburgo-Octeville, Francia, 1915 – París, 1980). Imagen tomada de lexpress.fr

En las aportaciones de Roland Barthes (Cherburgo-Octeville, Francia, 1915 – París, 1980) a la moda, la fotografía y el cine subyace un enfoque semiológico permeado por el advenimiento de la fascinación (punctum) y atracción (studium) de descifrar los significados de la imagen —fija o en movimiento.

Sus reflexiones alrededor del sentido, en su juventud académica, lo llevaron a cuestionar la escritura y su supuesta objetividad, estableciendo la importancia y la intrínseca relación entre el discurso de un autor y su universo cultural y lingüístico (El grado cero de la escritura, 1953). Posteriormente, sus estudios sobre la cultura de las masas o la “sociedad burguesa”, como él la llamaba, se enfocaron en la desmitificación de relatos contemporáneos en los que lo natural era sólo una apariencia y lo social lo que realmente estructuraba el sistema de signos y su significado (Mitologías, 1957). Con esto, Barthes incursionó en la crítica cultural y detonó la inclusión y reflexión de temas que hasta ese momento se consideraban superfluos, como la moda.

Fotografía de Audrey Hepburn tomada por Richard Avedon en 1967, en la cual su rostro aparece 5 veces sobre cuerpos en negro
Richard Avedon, Audrey Hepburn (1967). Imagen tomada de avedonfoundation.org

La atemporalidad de sus ideas denota la lucidez con las que abordó el campo de la estética y la semiología. La moda fue el motivo de sus primeros análisis semiológicos, donde distingue tres categorías que se derivan de ésta: la moda real, la escrita y la fotografiada. Haciendo uso de la distinción entre los sistemas comunicativos y la aplicación de estos, descubrió que en la moda las personas en realidad tienen poca decisión sobre sus vestimentas (El sistema de la moda, 1967). Existe un especializado grupo que confecciona estas resoluciones: los diseñadores —responsables de crear tanto los estilos, colores y tendencias, como de definir los textiles, patrones y materiales de cada temporada. Así, el usuario elige entre las opciones que han sido previamente seleccionadas y puestas a su disposición.

En su último libro, La cámara lúcida (1980), hace un desdoblamiento de la fotografía y a partir de un detallado análisis retórico, connotativo, semiológico y lingüístico se propone comprender el efecto que genera la imagen en el espectador. El poder de advenimiento de la fotografía consiste en que ésta es capaz de detener el tiempo y escapar de la muerte: “Lo que la fotografía reproduce al infinito únicamente ha tenido lugar una sola vez: la fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente”. La fascinación y atracción que puede generar un accidente visual (como el instante decisivo de Henri Cartier-Bresson), se convierte en el aforismo de su gesto crítico y reflexivo. Por lo que apunta que “la fotografía del ser desaparecido, como Sontag dice, me tocará como los rayos retardados de una estrella”. Entre otros temas, en el libro también hace referencia a la “explosión de lo privado en lo público” o, mejor dicho a la “publicidad de lo privado” como una de las consecuencias de la reproductibilidad técnica (Walter Benjamin).

Fotografía de Henri Cartier-Bresson, Hyères, de una vista aérea de una calle con un ciclista en movimiento y  una escalera en caracol a la izquierda
Henri Cartier-Bresson, Hyères, Francia (1932). © Henri Cartier-Bresson

En cuanto a cine se refiere, Barthes dio algunas entrevistas a la publicación francesa Cahiers du cinema, en las que explicó la complejidad del sentido de las imágenes en movimiento. Para el autor, uno de los grandes atributos del discurso cinematográfico es suspender el sentido, es decir, crear imágenes para que el espectador las interprete, no deliberadamente, pero sí con un amplio rango de significado. Es por eso que en su momento, emitió una fuerte crítica a cineastas que limitaban esta posibilidad, como Alain Robbe-Grillet, quien en su práctica se esmeró en cerrar el sentido a tal grado que el espacio que dejaba a la interpretación de la audiencia era mínima.

Fotograma de la película El hombre que miente de Alain Robbe-Grillet
Alain Robbe-Grillet, El hombre que miente (1968). Foto fija de la película

A través de su metodología semiológica (Elementos de la semiología, 1964), Roland Barthes dio paso a que otros semiólogos, como Christian Metz, André Gaudreault o François Jost, desarrollaran análisis arriesgados sobre las complejidad de las imágenes en movimiento.

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