La obra
Leo Castelli fue hasta los cincuenta años lo que en Estados Unidos se considera un europeo típico: diletante, más aficionado a la vida social que al trabajo, mujeriego y vividor. Pero entonces abrió su local en Nueva York, y se convirtió en "El galerista": el hombre que dio entidad y cuerpo al pop-art, que descubrió a Jasper Johns, a Lichtenstein, a Rauschenberg o a Warhol. El anfitrión de las fiestas clave, el marchante de los artistas que contaban… un europeo que reinó durante varias décadas en Nueva York, y que desde allí reconquistó Europa con toda una red de galerías satélite.
Annie Cohen-Solal llegó a Nueva York a finales de la década de 1980, a tiempo de caer fascinada por el hechizo de este hombre enigmático, con el que sostuvo largas charlas, complementadas con los testimonios de sus familiares, esposas y ex, hijos, artistas, colaboradores, amigos y adversarios. De todo ello emerge un retrato fascinante, el relato de unos años mágicos en la Gran Manzana y una obra imprescindible para los lectores interesados en el arte contemporáneo y en el mercado que lo rodea.
632 p.p.
Especificaciones
14 cmsMedidas sin marco
22 cms
Leo Castelli
Leo Castelli (1907-1999) fue un galerista y merchante de arte ítalo americano, conocido por crear el modelo contemporáneo de las galerías de arte. En la segunda mitad de la década de 1950, fundó su propia galería en el barrio de SoHo de Nueva York, y en 1958 expuso por primera vez la obra de Jasper Johns. A su vez, Castelli es sumamente reconocido por haber apoyado los movimientos del arte pop, el arte conceptual, minimalismo y neoexpresionismo. En su galería, llegó a exhibir la obra de artistas de la talla de Robert Rauschenberg, Frank Stella, Roy Lichtenstein, Andy Warhol, Donald Judd, entre muchos más.