Impreso el 18 de septiembre de 1953, el libro El Llano en llamas toma su título del relato más largo que contiene, el cual está directamente vinculado a la historia de Jalisco durante las décadas más violentas de la Revolución de 1910 y sus no menos agitadas secuelas. Pero el resto de las historias tienen ese período sólo como trasfondo incidental, o está completamente ausente. Una peculiaridad de la obra es, curiosamente, que sus diecisiete historias son todas diferentes entre sí. El rasgo común de estas historias lo encontramos en los personajes fuertes que son protagonistas de sus acciones y palabras. No todos tienen nombre, pero los vemos moverse y hablar como si estuvieran vivos, y es común citarlos como si fueran personas reales en escenarios reales: Llano seco, los Torricos, el hermano de Tacha, Tanilo, el Pichón, Juvencio Nava, el aire gris de Luvina, Lucas Lucatero y sus beatas… Son todas personas y escenarios familiares para muchos lectores. Para quienes leen a Rulfo en culturas y lenguas más alejadas del español, estos seres y lugares también son reconocibles en sus tribulaciones y destinos. A veces son arquetípicos a pesar de sus orígenes locales e históricos claramente delineados, y éste es precisamente el mayor logro al que puede aspirar la literatura La presente edición conmemorativa reproduce, además del texto definitivo de “El Llano en llamas”, la primera versión del cuento, aparecida en 1950 en la revista América. También contiene una gran cantidad de portadas de varias traducciones del libro a muchos idiomas diferentes Edición limitada del 70 aniversario. 232 p.p.