La cartografía ha sido utilizada como recurso visual por las civilizaciones occidentales desde la Edad Media. Los mapas de esa época no trazaban caminos que los viajeros pudieran seguir, sino que representaban una guía espiritual e imaginativa cargada de cosmogonía donde se creaban mundos fantásticos. A partir del origen de la modernidad en el siglo XV, la cartografía fue cargada de una falsa autonomía científica con caracteres imperialistas y de control.   Edgardo Aragón agencia la práctica cartográfica de manera similar a los cartógrafos pre modernos, ve en los mapas las condiciones de posibilidad para materializar narrativas y una visión propia del mundo. “Hydra” es un mapamundi donde el artista localizó los países con mayores índices de adicción en el mundo y los utilizó para ejemplificar la crisis medioambiental, de salud y violencia que atravesamos actualmente como sociedad. Estas cuestiones usualmente nacen en territorios que han sido afectados por la explotación de los recursos naturales, por guerras y por el narcotráfico, pero las afectaciones trascienden a otras naciones de manera indirecta, ya que las consecuencias no discriminan entre estratos socioeconómicos. Al igual que un mapa medieval, “Hydra” nos muestra monstruos que advierten del peligro que nos depara. En esta pieza la criatura terrorífica representa las enfermedades causadas por virus y bacterias que se reactivarán al derretirse los polos como consecuencia de la crisis medioambiental que seguimos provocando.