En ¡Río que vive bajo mi piel, cóctel de vida! Se presenta el trabajo más reciente de Natalia Levy Villa y Alejandro Villa Durán, una serie de pinturas al óleo de gran formato que comparten la abstracción como el acercamiento que ambos artistas eligen para perseguir su visión.

Al devenir su práctica pictórica como un “acto de presencia”, Alejandro Villa Durán considera que la pintura abstracta es una acción que le permite trascender a un conocimiento que se encuentra fuera de los límites de las imágenes, narrativas y conceptos. En su exploración artística existe una constante búsqueda desde lo sublime hacia una ascensión espiritual que supera y desafía los impedimentos estipulados por las formas convencionales de expresión. Su motivación pictórica nace de la intuición, de las revelaciones y de la suerte que se esconde en el proceso creativo. La esencia de su obra se condensa en esas capas de color superpuestas, en los arrebatos de las salpicaduras y en los caminos que la pintura corroída deja en el lienzo. En Acto de Presencia I, Alejandro refleja aquella naturaleza instintiva de la creación artística en el momento en que ofrece al espectador en una paleta de colores diversa, los cambios repentinos de las texturas y pinceladas que funcionan como alegorías de las etapas emocionales. Su obra pictórica es, en sí misma, un nuevo lenguaje en donde los colores y las texturas se convierten en un vocabulario visual catártico sobre las vicisitudes humanas.

Dentro de esa misma esencia intuitiva y emocional, Natalia Levy Villa le ofrece al espectador un mundo onírico tan fantástico como liberador. Su práctica pictórica juega con las ilusiones, los procesos imaginativos y los misterios del subconsciente que tienden a servir como mecanismos para reconocer el mundo que nos rodea. Sus lienzos producen un efecto similar a la pareidolia, ya que estos crean una tendencia que parte de un deseo expreso de deformar nuestra realidad. En Naranja abstracta: vitamina contra la ira, Natalia ofrece al espectador un conjunto de reflexiones pictóricas que, desde la figuración de cisnes, copas de martini y flores rodeadas de un paisaje abstracto, sustentan lo que para Natalia significa el acto de pintar: un ejercicio de autoconocimiento que le permite al ser inducirse en un estado de claridad mental que se manifiesta desde la profundidad de la psique.

Los primos Villa presentan una selección de obras que comparten un carácter esencial: la abstracción como una catarsis artística liberadora que sólo puede existir más allá de las formas convencionales de expresión. Esta exposición crea una red de asociaciones visuales y emocionales a partir de un nuevo lenguaje visual que se presenta desde un rico cóctel de texturas, colores y fantasías que usan lo abstracto como un recurso de supervivencia y expresión. La obra presentada en esta exposición, son pinturas comisionadas por artwks.co y n/a/s/l expresamente para esta muestra.

¡Río que vive bajo mi piel, cóctel de vida!

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En ¡Río que vive bajo mi piel, cóctel de vida! Se presenta el trabajo más reciente de Natalia Levy Villa y Alejandro Villa Durán, una serie de pinturas al óleo de gran formato que comparten la abstracción como el acercamiento que ambos artistas eligen para perseguir su visión.

Al devenir su práctica pictórica como un “acto de presencia”, Alejandro Villa Durán considera que la pintura abstracta es una acción que le permite trascender a un conocimiento que se encuentra fuera de los límites de las imágenes, narrativas y conceptos. En su exploración artística existe una constante búsqueda desde lo sublime hacia una ascensión espiritual que supera y desafía los impedimentos estipulados por las formas convencionales de expresión. Su motivación pictórica nace de la intuición, de las revelaciones y de la suerte que se esconde en el proceso creativo. La esencia de su obra se condensa en esas capas de color superpuestas, en los arrebatos de las salpicaduras y en los caminos que la pintura corroída deja en el lienzo. En Acto de Presencia I, Alejandro refleja aquella naturaleza instintiva de la creación artística en el momento en que ofrece al espectador en una paleta de colores diversa, los cambios repentinos de las texturas y pinceladas que funcionan como alegorías de las etapas emocionales. Su obra pictórica es, en sí misma, un nuevo lenguaje en donde los colores y las texturas se convierten en un vocabulario visual catártico sobre las vicisitudes humanas.

Dentro de esa misma esencia intuitiva y emocional, Natalia Levy Villa le ofrece al espectador un mundo onírico tan fantástico como liberador. Su práctica pictórica juega con las ilusiones, los procesos imaginativos y los misterios del subconsciente que tienden a servir como mecanismos para reconocer el mundo que nos rodea. Sus lienzos producen un efecto similar a la pareidolia, ya que estos crean una tendencia que parte de un deseo expreso de deformar nuestra realidad. En Naranja abstracta: vitamina contra la ira, Natalia ofrece al espectador un conjunto de reflexiones pictóricas que, desde la figuración de cisnes, copas de martini y flores rodeadas de un paisaje abstracto, sustentan lo que para Natalia significa el acto de pintar: un ejercicio de autoconocimiento que le permite al ser inducirse en un estado de claridad mental que se manifiesta desde la profundidad de la psique.

Los primos Villa presentan una selección de obras que comparten un carácter esencial: la abstracción como una catarsis artística liberadora que sólo puede existir más allá de las formas convencionales de expresión. Esta exposición crea una red de asociaciones visuales y emocionales a partir de un nuevo lenguaje visual que se presenta desde un rico cóctel de texturas, colores y fantasías que usan lo abstracto como un recurso de supervivencia y expresión. La obra presentada en esta exposición, son pinturas comisionadas por artwks.co y n/a/s/l expresamente para esta muestra.

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